domingo, 20 de marzo de 2016

Hablando de pérdidas...

¿Dónde estamos? No entiendo la verdad. A veces lo verifico en google maps, dice  Venezuela pero mi mente no está de acuerdo con esto. Mi concepto de lugar esta definido por miles de recuerdos, de largos recorridos en un viejo Fiat lleno de primos por los pueblos de Los Andes, recuerdos de un país donde era posible tener sueños y luego cumplirlos, recuerdos de una Venezuela amable. No se como esto llegó a pasar pero ha cambiado, esa parte de nuestra identidad, nuestro carácter  de personas chéveres, pacientes, generosas; ya no está es como dirían los mayores:  "Se ha perdido todo".

Siempre me ha parecido increíble ver como cambian las generaciones su manera de pensar, lo que hoy es una verdad, hace muchos años era algo inimaginable, en la mayoría de los casos estas verdades son cosas buenas que han ayudado  a la sociedad a evolucionar, pero en Venezuela ha ocurrido un cambio de verdad que ha convergido en la pérdida total o parcial; para no ser tan fatalistas; de lo mejor de nosotros; de nuestros valores, del aprecio por nosotros mismos, de nuestra identidad. A estas alturas podríamos decir que geográficamente estamos en Venezuela, sin embargo emocionalmente en un limbo... Un limbo de situaciones caóticas  que nos llevan al límite de nuestra humanidad. Quizás no solo entre tus playas quedó mi niñez  Venezuela, quizás también se quedaron todas nuestras posibilidades de ser un país correcto.

Pero no piensen que me estoy echando a morir con esto que digo, es solo  algo que tengo muy en cuenta y que creo que cambiándolo o recuperando lo perdido podremos volvernos a encaminar; si el imperio romano cayó, si Hitler cayó, ¿ Como no va a caer toda esta mala vibra que hoy nos gobierna?
Se que hemos sido muy pacientes, pero tengo fe en la posibilidad de un mañana mejor, en el que dejemos de ser pacientes, que despertemos esos grandes valores que forman parte de nuestra identidad y eso nos permita ser mejores humamos, mejores ciudadanos, amigos, hermanos; y con ello lograr la reconstrucción de lo que es correcto, así tal vez no se hunda el barco.

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